EL BOTE DE VELA LATINA

 

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Construido enteramente en madera, el bote de vela latina representa una embarcación singular desde cualquier punto de vista. Con unas dimensiones principales de 6.70 de largo (eslora), 2.40 de ancho (manga) y poco más de un metro de alto (puntal) presenta un casco difícilmente comparable al de cualquier otra embarcación de navegación a vela.

Se invierte aproximadamente de 2 a 3 meses en hacerlo. Para su construcción se emplean distintos tipos de madera dependiendo de las piezas que se fabriquen y por supuesto se hace de una manera artesanal. Las personas que los construyen se denominan carpinteros de ribera.
De un modo simplificado podemos explicar que se construye a partir de una columna vertebral que constituyen dos piezas que se denominan quilla y dormido, a partir de las cuales se ubican las costillas que se llaman cuadernas o varetas colocándose sobre esas costillas el forro o tablazón.



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Por cierto y si usted es nuevo en esto de lo de los barcos la popa es la parte de atrás, la proa es la parte delantera, y los lados, (las bandas) si miramos de trás para adelante, la derecha, se llama estribor y la izquierda, babor.
Si observamos un bote de vela latina destaca por su tamaño la vela, tiene aproximadamente 40 metros cuadrados, es de un tejido sintético y cada una cuesta.... pues un pastón, las velas suelen durar entre 1 y 2 temporadas ya que con el tiempo se van deformando. En la vela destaca el número que se sitúa en su parte superior y que define cada bote. La vela va amarrada, envergada, a un palo de madera que se denomina palanca. La palanca tiene unos 13 metros de largo.
La palanca va soportada por el palo también de madera y de 10 a 11 metros.
Los palos y palancas, que pueden ser macizos o huecos y pueden llevar un plastificado exterior que le da más resistencia.


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Para que el palo no se caiga debido a la acción del viento lleva unas maniobras (conjunto de cables y cuerdas) por los lados o bandas que se llaman obenques y para mantenerlo en su posición y que no se mueva mucho navegando existen otras maniobras llamadas estays de popa y de proa.
Las cuerdas o cabos suelen ser de materiales que se estiren lo menos posible.
La vela se amarra al bote, en la proa, con un cabo que se llama amura y en la popa con otro cabo que se llama escota. La escota va mas o menos trincada dependiendo del viento que haya. En la foto (cortesía de CNRsport) vemos como los tripulantes tiran de ella. La pieza metálica que está en el espejo por donde pasa la escota se denomina escotera, a su vez la que está en la proa por donde pasa la amura se denomina murera.
Para no caerse mientras hacen banda (es decir, contrapeso para que el viento no vire el bote), los tripulantes se agarran de unos cabos o cintas que se llaman familiarmente rejos de pulpo y aunque apenas se ve en la imagen, la vela se sube y se baja con una maniobra denominada driza.



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Ya en el interior del bote, que es abierto, ¡Y por eso le entra agua que hay que ir sacando o achicando! distinguimos a proa y popa, dos partes cerradas que se llaman tanques y que sirven para que en el interior se disponga corcho blanco y si se trabuca el bote (es decir vuelca) éste no se hunda.
Alrededor de todo el bote tenemos unas pequeñas cubiertas (partes planas) denominadas corredores en las que se sienta la tripulación para hacer banda. A lo ancho el bote tiene tres piezas llamadas bancos, amarrándose en el de popa la escota (en unas piezas llamadas cabillas) en el de proa la amura y en el del centro se fija el palo (gracias a una pieza llamada zuncho).





FUENTE: http://www.angelfire.com